miércoles, 30 de enero de 2008

La Izquierda de la Derecha

Por Javier Lamarque Cano

Cuando la derecha empieza hablar bien de la izquierda, hay que sospechar que algo anda mal. Aun está fresco el recuerdo de cómo durante la campaña presidencial de 2006, la derecha empezó de repente a hablar bien del Ingeniero Cárdenas. Si, el mismo ex candidato presidencial que durante tres campañas fue denostado hasta el cansancio, de la noche a la mañana se convirtió para los voceros de la derecha un modelo de político de izquierda: sensato, prudente, conciliador, honesto, honrado, leal, responsable, etcétera.

No es que el ingeniero haya estado de acuerdo con tales voceros, solo que, cuando a los intereses de los poderes facticos convino, empezaron a utilizar su imagen para contraponerla a la de AMLO, quien representaba en ese marco una amenaza a sus intereses.

Ahora de nuevo los intelectuales orgánicos de los mismos intereses, se lanzan al ruedo para hacer disertaciones sobre lo que conviene a la izquierda, como si realmente estuvieran interesados en que esta avanzara. Ahora sí que esos comentarios son como el beso del diablo: dime quien habla bien de ti y te diré cuales son tus virtudes y tus desviaciones. Cuando tus adversarios pretendan señalarte el camino para que los combatas quiere decir que solo te están indicando el camino que a ellos les conviene para no ser afectados; y, si te elogian precisamente por seguir ese camino es claro que consiente o inconscientemente estas en su juego.

Los elogios de la derecha para con la política que siguió el PESOE en España durante el gobierno de Felipe González, tienen su explicación en que tal política conservo y alimento los intereses del capitalismo, al igual que ahora ocurre con el gobierno de Rodríguez Zapatero. No fue acaso este Gobierno Europeo de “izquierda” uno de los primeros en reconocer el triunfo fraudulento de Calderón; ahora se sabe que lo hizo apremiado por los crecientes intereses económicos de los corporativos españoles en México, particularmente los que tienen inversiones en el sector energético y ambicionan la privatización del petróleo y energía eléctrica, también influyeron en ese reconocimiento vergonzoso los dueños de los bancos Santander y Bilbao Vizcaya.

El presidente español de izquierda solo siguió las instrucciones de sus patrones de derecha, como las hubiera seguido cualquier otro gobernante de su mismo signo.

Todo lo anterior viene a colación a propósito de proceso para elegir nueva dirección del PRD el próximo 16 de marzo: a últimas fechas han abundado los artículos de “análisis" Sobre lo que tiene que hacer la izquierda y, calificando a esta en izquierda buena e izquierda mala.

La buena es aquella que está dispuesta a reconocer en los hechos el triunfo de Calderón y validar a su gobierno ya sea por medio de acuerdos parlamentarios para aprobar reformas legislativas o a través de tratos en lo oscurito y algunos no tanto como la foto que se tomo un Senador del PRD con quien cobra como presidente.

A esta izquierda en el marco de la contienda interna les dan trato preferencial en los medios, y sus candidatos y dirigentes son atendidos con esmero oficioso por los mismos comentaristas y conductores que en el caso de los líderes políticos que no son palomeados por sus jefes como bien portados, los golpean, difaman o simplemente les cierran los espacios.

Ante esto queda claro que la derecha está metida en la elección de Sol Azteca y tiene a sus candidatos ¿Quiénes son? Es muy fácil saberlo, basta con abrir las páginas de los periódicos o revistas, escuchar los programas de análisis político o los noticieros de radio y televisión, -con honrosas excepciones- para darnos cuenta quienes cuentan con su simpatía.

Dicho de otra manera, las opciones electivas que reivindican o son identificadas con el proyecto de López Obrador, son rechazadas o incluso francamente calificadas de negativas para que la izquierda avance, mientras que aquellas que a juicio de los poderes facticos y formales, están distanciadas de AMLO, reciben su apoyo. Esta es la izquierda de la derecha. La bien portadita, la que si negocia.

Es la izquierda, dicen, que requiere México, la que ha dejado atrás las viejas concepciones: tal vez se refieran a las demandas de justicia e igualdad; que sin embargo mientras siga habiendo pobreza, hambre y ausencia de una vida digna para la gente, seguirán vigentes aunque no les gusten.
En contraparte alegan la necesidad de que la izquierda modernice esas viejas demandas, que se siente a contemporizar con aquellos que representan precisamente lo que se busca cambiar. Una izquierda “moderna” actualizada con los nuevos tiempos de la globalización. La izquierda que si entiende que solo hay que cambiar algunas formas pero no el fondo, solo lo necesario para que todo siga igual o peor, en síntesis una nueva izquierda acorde a sus intereses. Esa es la izquierda que está apoyando la derecha para consolidarse en el poder.

Pero del otro lado está la simpatía de la mayoría de los perredista y no perredistas, que sin duda no se dejaran engañar y, el día de la elección decidirán por el Proyecto Alternativo de Nación que impulsamos los que estamos con Andrés Manuel López Obrador y el Gobierno Legitimo de México.

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