domingo, 29 de junio de 2008

El nueve y la casa en la que estan los restos de Jimenez Mota

El cuerpo ahí está en la ex casa del Cheyas.
Si la Siedo no catea es por mera complicidad.
Pero nadie encontrará los restos de Jiménez.
No están debajo de la alfombra ni de piedritas.
Lo mató Raúl Parra Enríquez –El Nueve– que le quitó la cinta de los ojos al reportero y le dijo que era la última vez que lo vería.
Que Abel Murrieta estaba enterado.
Que era un "levantón político".
Que el testigo quiere protección.
Que si, que la carta se filtró, que le jugaron una trampa a Saúl García Gaxiola. (que no tiene ningún parentesco con el extinto Rodolfo El Chipilón)
Que hay una segunda carta y que la cochina verdad no puede ocultarse por mas dolorosa que sea, borboteará como en dren tapado.
La mayoría de los implicados han sido asesinados o están desaparecidos El nueve, José Acosta Muñoz, Valle Semental, el 24, Sánchez Lara, Alfredo Salazar.
El asesinato de Alfredo Jiménez Mota es un caso grave por las implicaciones que acarrea la descomposición en que se encuentra la estructura de mando de la seguridad pública del gobierno del estado.
Por el narcotráfico que controla o está coludido con los cuerpos policiacos y que vio amenazados sus intereses al descubrir el manto de protección con el que se tapan y que Jiménez investigaba.
Por las implicaciones de Roberto Tapia Chan que hicieron las hermanas Palma Morquecho y los números que controlaban un área extensa en el municipio de Alamos.
Por la detención de El Mochomo Alfredo Beltrán Leyva.
La casa en la que se encuentran los restos del reportero supuestamente está situada en Cd. Obregón, por ser base de operaciones de los números y de los Beltrán. Ahí en una casa de la colonia Villa Itson de Cd. Obregón, propiedad de narcos, mataron al hijo de el 24 hace unos meses y en otra de ellas presuntamente se encuentra -no sabemos en qué condiciones- la osamenta de Jiménez Mota.
Pero la PGR no procede hasta el momento.
El reportaje se perjudica por la filtración de la carta publicada en el periódico Expreso.
El compromiso con Saúl García Gaxiola fue no publicar nada hasta que el encontrara protección y estuviera fuera de riesgo.
Los orejas que protegen el poder, se movieron más rápido que el periodista Enrique Aispuro y que la decisión de García Gaxiola de hacer público su testimonio.
A García le están desapareciendo los datos personales en cualquier registro de su persona, una situación previa a su liquidación.
Sí. La cosa se complica. La denuncia se ha mojado.
Pero el caso no se borrará de un plumazo.
La justicia deberá salir a flote, con la verdad como soporte.
Hay que confiar en el tiempo y la suerte.
Por lo pronto, hay que mirar a los lados.

fuente:
El nueve y la casa en la que están los restos de Jiménez Mota
CRóNICA10

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