lunes, 22 de septiembre de 2008

Del formalismo a la falta de cuentas

Si al Presidente de la República se le vino abajo el protocolo, no se ve la razón por la cual el protocolo se mantenga en los ámbitos municipales.

Un fuerte gasto en logística y difusión distinguen a los informes de gobierno, centenas de spots en radio y televisión con la que se pagan a las transmisoras fuertes sumas de dinero.

Se informa de lo que se hizo, pero sin importar cómo se hizo y es tan reducido el mensaje que solo cae en generalidades para aterrizar al final en una concepción exagerada de la realidad y la desviación de la atención hacia el principal problema social: la pobreza.

Para el gobierno municipal no existe la atención a la pobreza, si no el desarrollo social.
Es mas, la pobreza pasa a convertirse en asunto secundario.

Los pobres que abarcan a más del 60 por ciento de la población, no son la prioridad, si no la seguridad pública, la inversión, la pavimentación.

Se refuerza la corporación policiaca, se impulsa a la empresa privada comerciante y de servicios, se hacen rúas y puentes, etc.

Pero a los pobres solo los atienden con programas para el desarrollo social y solo a una pequeña porción del universo de pobres, -unas 350 mil personas-, les tocan apoyos para pagar la luz, becas raquíticas, proyectos sociales y de microempresas, poco y para unos cuantos.

La voluntad del joven alcalde que gobierna a Cajeme tiene un tendencia distinta a las costumbres autoritarias y discrecionales de los alcaldes que incluso reprimieron a los movimientos sociales recordando a Russo Vogel, Estrella Acedo, Sostenes Valenzuela, Faustino Félix.

Pero el gobierno de Pancho Villanueva no deja de mantener las costumbres de sus antecesores: preferencias a sus partidarios, discrecionalidad para disponer el gasto administrativo y los recursos públicos, pagar facturas a los grupos de apoyo, puertas cerradas, entre otras.

El edil mayor Villanueva conduce y alinea a la mayoría de cabildo que milita en su partido el PRI convirtiendo a ese órgano de toma de decisiones en un remedo de sus órdenes y sus posturas políticas.

Sin embargo a pesar de los abusivos cortes de agua, de las arbitrarias y caras infracciones de transito y de los miles de hoyancos en las calles, el gobierno de Villanueva condujo tal vez el mayor monto de inversión en obra pública que ha tenido ninguna administración municipal antes, pero insuficiente y todavía mas insuficiente cuando se disponen de mas de 500 millones de pesos para hacer puentes y obras de relumbrón en vez de reconstruir las calles llenas de baches de la mayor parte de la ciudad principalmente en las colonias populosas y empezar a pavimentar en miles de calles de lodo.

El munícipe encabeza una gestión activa pero a la vez de preferencias políticas para unos cuantos.

Una administración previsora y eficiente pero no es para sentirse realizados cuando la gente no tiene para comer y los jóvenes son presas de los vicios.

FUENTE: Revista Cronica 10

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