jueves, 29 de julio de 2010

Desabasto de Agua en Hermosillo: Un problema Crónico. Parte 2

En la anterior edición de este articulo, se contaba con cierta información oficial con la cual dimos inicio a este tema que nos afecta a todos (La privatización del agua en Sonora).

Ciertamente el discurso oficial nos muestra como la realización del proyecto de distribución del agua en Sonora es viable y necesario, sin embargo el actual gobierno panista ha puesto en primer plano el tema del "acueducto del Novillo", el cual deberá abastecer a la ciudad de Hermosillo. Como lo planteamos anteriormente en la Costa de Hermosillo se cuenta con el agua necesaria para darle abasto en el corto plazo a nuestra ciudad; sin embargo dicha agua se encuentra en manos de las poderosas familias agroindustriales de la Costa.

Podríamos decir que la intención del actual gobierno es redistribuir el vital liquido hacia sus predios, pagando la inversión con dinero público y con el pretexto de que dicha infraestructura será empleada para satisfacer las demandas de una ciudad “que la han llevado” a un estado crítico de sequía.

Cajeme y Hermosillo no son ciudades peleadas, pero desgraciadamente la campaña del actual gobierno estatal se ha basado en el odio, clásico de los gobiernos panista. Sin embargo es sabido que tras esas campañas mediáticas están las poderosas familias agro industriales, tanto del Sur de Sonora como de la Costa de Hermosillo, y que lamentablemente mucha gente de ambas ciudades y del Estado en general han caído en su discurso.

Una opción que hemos propuesto es que se incremente el porcentaje de agua destinado para la ciudad proveniente de la Costa de Hermosillo, y que el déficit que esto genere a los grandes productores de la Costa sea compensado mediante la compra (por parte de los productores) de agua de la desaladora que se planeaba echar a andar en la Costa de Hermosillo. Vemos que esto es una medida justa, entendiéndose que será un trato entre privados (los grandes agroindustriales de la Costa de Hermosillo y los dueños de la desaladora), no afectando el bolsillo del hermosillense.

En cuanto a los pequeños propietarios y ejidatario de la Costa se sabe que estos al igual que muchos pequeños productores de todo el país se han visto afectados tras el abandono del campo en la década de los ochentas por parte de los gobiernos neo liberales, lo que ha ocasionado que miles de familias en el país y en el estado se encuentren en una situación critica. Siendo fieles a esta política de rapiña por parte de los gobiernos PRIANISTAS podemos pensar que cualquiera que sea el proyecto que se lleve a cabo por parte del gobierno Estatal no será para apoyar los intereses de los pequeños propietarios; sin embargo de realizarse el proyecto del “novillo”, se cree que esto pueda afectar a los pequeños propietarios y ejidatarios que rentan sus tierras en el Yaqui, los cuales posiblemente dejaran de rentar a causa de la disminución de la cuota de agua, otra de las formas en la que podría afectar a los pequeños propietarios del yaqui, es que estos en muchos casos completan su ingreso rentando sus predios a agro industriales de zonas del Estado que a pesar de contar con cierta suma de hectáreas no disponen de una cuota constate de agua. Siguiendo esta lógica, si la redistribución de agua se da a favor de los grandes propietarios del Norte del Estado y de la Costa de Hermosillo, esto afectara directamente a los pequeños propietarios y ejidatarios rentistas del Yaqui.

Por último y como conclusión final, es evidente que los gobiernos “empresariales” ya sean priistas o panistas no darán solución al problema que ellos mismos han ayudado a crear, si no, tan solo llevaran agua para su molino, porque para ellos el tiempo es oro, tienen 6 años para robar y posicionarse políticamente. Por el contrario para el resto de la población nos quedan 6 años mas de incertidumbre, en espera de en que concluirá el proyecto Panista. Sin embargo podemos tomar conciencia del panorama político que se pinta a nuestro alrededor y no dejarnos caer en los discursos de ambos bandos. Tendremos nuestra esperanza en el 2012, en espera de que tome las riendas del país un buen gobierno.


Hermosillo Sonora, 28 de Julio 2010

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