sábado, 19 de julio de 2008

Playas privadas y depredación del Tetakawi, negocio redondo en San Carlos

La ley de Herodes en Guaymas

Por José Luis Jara

(Extracto)

Lo que queda del Tetakawi

La primera playa que se visitó fue una llamada Bahía El Encanto, que se encuentre entre los cerros Tetakawi, literalmente, en medio de las tetas de cabra. Es un fraccionamiento residencial cuyos lotes se encuentran en venta. Sus principales ofrecimientos son; comunidad exclusiva, playa privada, casas de lujo, seguridad y atractivos planes de financiamiento.
Para construir este lugar han sido necesarios dos años. Primero tuvieron que abrir camino para construir la carretera. Y para ello tuvieron que dinamitar parte del cerro.

Y cuando ello ocurrió –relata la regidora- el Zurdo Rodríguez de inmediato me habló y empezamos a denunciar los hechos.

En la administración de Carlos Zataraín se otorgaron los permisos de uso de suelo y permiso de construcción. Ese permiso salió para beneficio de Enríque Rodríguez Pompa, quien es el impulsor de este proyecto de Bahía El Encanto.

Rodríguez Pompa fue secretario de Turismo con Armando López Nogales, ha sido regidor y en la actualidad es uno de los que se mencionan para que el PRI lo postule a la presidencia municipal de Guaymas en el 2009.

En 2006 inició la construcción del proyecto residencial. Primero se construyó una brecha que cruzó por en medio de los cerros, y luego la pavimentaron. Ahora, el espacio se encuentra dividido en lo que serán las residencias, donde algunas de ellas ya tienen un avance considerable en su construcción.

Al fondo se encuentra una hermosa playa propiedad de la nación, que el desarrollador del fraccionamiento quizás no se equivocó en llamarle El Encanto, pero que se oferta como privada y con atractivos esquemas de financiamientos.

Ese día, entramos al fraccionamiento residencial Bahía El Encanto. Los trípticos publicitarios del proyecto, que entregan a los visitantes, revelaron la veracidad de la denuncia de la regidora. La promoción del proyecto inmobiliario ofrece literalmente:

«Comunidad exclusiva, playa privada y casas de lujo".

Pero más allá de los letreros que anunciaban los espacios que todavía estaban en oferta se encontraba el daño colateral. Lo que antes era una hermosa vegetación de sahuros, mezquites y matorrales, ahora es una extensa superficie de piedra sobre piedra. Toda un área que rodea al
Tetakawi quedó dañada ecológicamente.

Fuente: CRONICA 10

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